23andMe se Declara en Bancarrota, Generando Preocupación por la Venta de Datos Genéticos

La empresa de pruebas genéticas 23andMe ha presentado una solicitud de bancarrota bajo el Capítulo 11, dejando en el aire el destino de la información genética de millones de clientes.

La empresa, que en su momento llegó a valorarse en casi 6 mil millones de dólares, ha enfrentado desafíos financieros y legales significativos tras una enorme violación de datos en 2023 que expuso la información personal de casi siete millones de usuarios, según lo señalado por Reuters.

La violación de seguridad, que duró cinco meses, permitió a los hackers acceder a datos sensibles de los clientes, incluyendo información genética relacionada con la salud, años de nacimiento y ubicaciones geográficas.

Tras el incidente, 23andMe ha sido objeto de más de 50 demandas colectivas y reclamaciones de arbitraje por parte de alrededor de 35,000 individuos. La empresa busca protección por bancarrota en parte para manejar las consecuencias legales, ya que puede que no tenga los fondos para cubrir los posibles daños, según informó 404 Media.

La situación se ha vuelto tan grave que el Fiscal General de California, Rob Bonta, emitió una alerta de privacidad instando a los usuarios de 23andMe a eliminar sus datos y solicitar la destrucción de sus muestras genéticas. “Dada la reportada angustia financiera de 23andMe, les recuerdo a los californianos que consideren invocar sus derechos y dirigirse a 23andMe para eliminar sus datos”, dijo.

Esta severa advertencia destaca cuán vulnerable se vuelve la información genética del consumidor cuando se confía a una corporación en dificultades. Aunque 23andMe afirma en sus comunicaciones con el cliente que “sus datos siguen protegidos” y que la declaración de quiebra “no cambia cómo almacenamos, gestionamos, o protegemos los datos del cliente”, los expertos en privacidad están dando la alarma.

La declaración de quiebra de la empresa revela que debe dinero a varias compañías farmacéuticas, empresas de IA y aseguradoras de salud, exactamente el tipo de organizaciones que podrían estar interesadas en adquirir una enorme base de datos genéticos, como señaló 404 Media.

No es solo teórico: otras compañías de ADN ya han establecido precedentes preocupantes. GED Match, que originalmente prometió proteger los datos de los usuarios, fue vendida a una empresa de genética forense que trabaja con el FBI, según informó 404 Media.

Además, la policía ahora utiliza rutinariamente bases de datos comerciales de ADN para identificar sospechosos, lo que genera preocupaciones sobre la vigilancia genética.

El problema fundamental es que los datos de ADN no son como otra información personal: no pueden cambiarse si se ven comprometidos y revelan información no solo sobre ti, sino también sobre tus parientes.

Una vez que entregas tu material genético a una empresa, pierdes el control sobre cómo se podría utilizar en el futuro, especialmente si esa empresa quiebra y vende sus activos.

23andMe sostiene que cualquier comprador tendría que “cumplir con la ley aplicable en cuanto al tratamiento de los datos del cliente”. Sin embargo, como señalan los defensores de la privacidad, las leyes de EE.UU. ofrecen una protección mínima contra la comercialización o compartición de la información genética, tal como lo señala 404 Media.

Los propios términos de servicio de la empresa han cambiado a lo largo de los años para permitir un mayor intercambio de datos con los socios farmacéuticos.

Para las 15 millones de personas que han utilizado los servicios de 23andMe, el mensaje es claro: sus datos más personales podrían pertenecer pronto a alguien más. Mientras la empresa continúa operando durante los procedimientos de bancarrota, los clientes preocupados se apresuran a eliminar sus cuentas.

La bancarrota de 23andMe sirve como un cuento de advertencia acerca de los riesgos de la industria de pruebas genéticas, donde los datos biológicos sensibles se convierten en propiedad corporativa con un futuro incierto.

Mientras la empresa se prepara para una venta de liquidación, millones se quedan preguntándose – ¿quién será el dueño de su ADN mañana, y qué harán con él?