Un Estudio Revela que el Auge de las Redes Sociales en la Fotografía de Naturaleza Daña la Vida Silvestre y los Hábitats
En una publicación de noticias publicada ayer por la Universidad Edith Cowan, los investigadores esbozaron su estudio sobre cómo el auge de las redes sociales ha transformado el turismo y la fotografía de la naturaleza. Sin embargo, también destacaron que esta tendencia está causando un daño significativo a la vida silvestre y a los hábitats naturales. A medida que los usuarios comparten sus aventuras al aire libre en línea, contribuyen inadvertidamente tanto a las perturbaciones directas como indirectas que amenazan la biodiversidad.
Los investigadores sostienen que el auge de la fotografía de la naturaleza en las redes sociales ha llevado a un aumento de actividades que perjudican directamente a la vida silvestre. Estas actividades incluyen el uso de métodos como la reproducción de llamadas, drones y cebos para capturar imágenes perfectas. Según los investigadores, estas prácticas interrumpen los comportamientos de cría y alimentación de los animales.
Además, el acto físico de capturar y manejar animales para fotografías, junto con el daño a las plantas, exacerba estas perturbaciones. Los investigadores también argumentan que las redes sociales fomentan indirectamente la propagación de enfermedades y alientan la caza furtiva. La visibilidad de especies raras y entornos sensibles puede atraer actividades ilegales.
Investigaciones recientes destacan estos problemas, señalando que, si bien las redes sociales han sido una herramienta poderosa para la conservación al aumentar la conciencia y el compromiso, también han llevado a consecuencias negativas no intencionadas.
La rápida difusión de información sobre la ubicación de especies raras puede resultar en una sobrecarga de visitantes y pisoteo. Además, la búsqueda de imágenes únicas puede promover prácticas poco éticas y la sobreexplotación de especies vulnerables.
El Dr. Rob Davis, Profesor Senior en Biología de Vertebrados en la ECU, explicó en una publicación de noticias, “Los grupos de redes sociales han facilitado que la gente identifique la ubicación de especies de plantas en peligro de extinción o los lugares de cría de aves o especies de vida silvestre, con la información siendo difundida rápidamente y causando una gran afluencia de personas a un área que de otra manera habría permanecido intacta […] Como resultado, los patrones de cría y alimentación de los animales se ven alterados, y hay un mayor riesgo de depredación. Además, el uso de reproducción de llamadas, o drones, o el manejo de animales salvajes para fotografías deja un impacto duradero.”
Aunque las redes sociales plantean desafíos, también tienen beneficios potenciales. El Dr. Davis señala que la fotografía puede ser una herramienta poderosa para la conservación, ayudando a fomentar el activismo y la educación ambiental. El amplio alcance de las redes sociales permite a los científicos y gestores de terrenos aprovechar el contenido generado por los usuarios para fines de conservación. Además, destaca que se han identificado nuevas especies de plantas a través de la actividad en las redes sociales.
Sin embargo, los investigadores abogan por códigos de ética más estrictos y una mejor gestión para mitigar los impactos negativos. El Dr. Davis propone un marco para proteger a las especies vulnerables y promover un comportamiento responsable, subrayando la necesidad de educación e involucración de los interesados para equilibrar el uso de las redes sociales con los esfuerzos de conservación.
La Dra. Davis propone: “Muchos grupos y sociedades de la naturaleza ya tienen códigos de ética bien establecidos para una conducta responsable, incluyendo actividades como la observación de aves, la fotografía de aves y la fotografía de orquídeas. Tales códigos de conducta son un excelente punto de partida, pero no son vinculantes y dependen de que los individuos hagan lo correcto y/o de la presión de sus pares para denunciar comportamientos inapropiados.”
Añade: “Sin embargo, esto puede seguir siendo la base más realista para reducir los impactos en la biodiversidad y se podrían hacer preguntas a cualquier grupo que no tenga o no se adhiera a dichos códigos de conducta.”
En resumen, si bien las redes sociales han democratizado el acceso a la fotografía de la naturaleza y han impulsado los esfuerzos de conservación, también representan riesgos significativos para la biodiversidad. Equilibrar estos beneficios y daños requerirá esfuerzos concertados de todos los involucrados en el turismo de la naturaleza y las redes sociales para desarrollar y adherirse a las directrices éticas que protejan nuestro mundo natural.
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